viernes, 21 de agosto de 2009

Sobre talleres Álvarez Ruiz (Citroën) en Zafra

Escribo este post para poner sobreaviso a tod@s los que leáis este blog de cómo se las gastan en los talleres Álvarez Ruiz de Zafra, es decir, en el concesionario oficial de Citroën.

Antes de nada, decir que en mi familia se podría decir que somos, bueno mejor dicho éramos, buenos clientes de este concesionario, o al menos eso creo yo, teniendo en cuenta que en los últimos 7 años hemos comprado 3 coches nuevos allí, un Xsara Picasso mis padres y un servidor que ha adquirido primero un C3 y luego un C4. Todos ellos revisados periodicamente en este taller, es decir, no han pisado otro taller, con el correspondiente gasto de dinero que esto supone, revisiones (que no son baratas por cierto), reparaciones, etc.

Desde mi punto de vista, el servicio que ofrecen los comerciales y personal administrativo del concesionario es muy bueno, su trato es amable y cordial con los clientes por lo tanto no tengo ninguna queja de ellos. Ahora bien, la cosa varía mucho cuando hablamos del taller, personalmente nunca me he sentido bien atendido ya que el jefe de taller me parece una persona maleducada y muy poco (por no decir nada) preparado para el trato personal con los clientes, lo cual me ha hecho irme del taller más de una vez con un mosqueo considerable, no es nada agradable estar allí dejándote un dinero en cualquier tontería y tener que aguantar los malos modos de este tipo.

Pero bueno, vamos al grano, el motivo de esta entrada es comentar la situación subrealista que vivio mi padre allí el otro día y que desde luego es la gota que ha colmado el vaso de nuestra paciencia para con este concesionario.
Voy a obviar conceptos técnicos de mecánica que no controlo porque creo que no son importantes para hacernos una idea precisa de lo que pasó.
El caso es que mi padre llevo su Xsara Picasso al taller para una reparación y en medio de esta se rompió una pieza, bien porque podía estar defectuosa o bien por incompetencia de los mecánicos, eso habría que verlo. El caso es que parte de la pieza en cuestión quedó incrustada en el motor y para reemplazarla había que sacar esa parte, cosa que los mecánicos del taller no eran capaces de hacer.
En este momento el dueño del concesionario (que parece ser que estaba también ayudando en el entuerto) llamó a mi padre para que fuese al taller y viese lo que pasaba. En el transcurso de todo esto, el jefe de taller ya había puesto pies en polvorosa desentendiendose del problema, demostrando su "gran competencia y profesionalidad". Bueno resumiendo, llegados a este punto y teniendo en cuenta que por suerte mi padre no tiene ni un pelo de inútil y ante la incompetencia del equipo de mecánicos, el hombre se puso manos a la obra y con sus propias herramientas y por supuesto su valioso tiempo (3 horitas) extrajo la dichosa pieza, dejando el coche preparado para sólo y digo sólo tuvieran que ponerle la nueva.

Desde mi punto de vista, que a un concesionario oficial tenga que ir un particular a sacarle las castañas del fuego a su equipo de mecánicos, ya es una pasada. Pero lo verdaderamente indignante viene ahora, sentaros si estais de pie porque lo que voy a escribir conviene leerlo sentado.
Al día siguiente cuando el bueno de mi padre se pasa a recoger la factura, van y sin ponerse ni colorados, le cobran el haber sacado la pieza rota del motor!!! La que había sacado él mismo!!!
Evidentemente, el hombre con toda la razón del mundo pidió explicaciones y después de muchos dimes y diretes, mucha falta de respeto hacia él y mucha chulería por parte tanto del jefe de taller como del dueño del concesionario acaba por pagar (yo aún no entiendo cómo) e irse del taller espero que para no volver.

Conclusiones:
1. Menos mal que mi padre es una máquina y un manitas en temas mecánicos, sino a saber dónde estaría ahora mismo el coche.
2. Alguien debería de dar unas clases de márketing al "señor" dueño del concesionario. No es ya que no debería de haber cobrado lo que no ha hecho, que eso es de cajón, sino que desde mi punto de vista en una situación como esta, debería de haberse puesto colorado de verguenza por contemplar la inoperancia de su taller, dar una palmadita en la espalda a su cliente-mecánico, decirle que se lleve el coche sin cobrarle ni un duro y pedirle por favor que no le cuente a nadie el esperpéntico episodio propiciado por su incomptencia.

En vista de que evidentemente ésto último no ha pasado:

A/A. Señores jefe de taller y dueño del concesionario Citroën de Zafra

Me parecen ustedes un par de caraduras e incompetentes de mucho cuidado. Además espero que la última vez que alguno de mis coches pisasen su "taller" les hiciesen una foto porque es la única manera que tendrán de volver a verlos por allí. Es más, espero que esto sirva para que mucha gente más se entere de cómo las gastan ustedes y tomen la misma decisión que he tomado yo. Igual así algún día se enteran de qué va la cosa.

Saludos.

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