Resulta que este impresentable acaba de dar su receta para salir de la crisis, y ésta no es otra que trabajar más horas y cobrar menos. ¿Quienes? Los trabajadores, por supuesto. No sé como alguien no le da una cátedra en las universidades de Oxford o Hardvard, la asignatura o materia que impartiría podría llamarse: "Solución a la crisis, vuelta a la exclavitud. Manual del perfecto tratante de exclavos, digo empresario, del siglo XXI".
Es alucinante que personajes de esta calaña puedan ocupar cargos como el que ocupan actualmente. Igual por aquí es por dónde habría que empezar a preguntarse las siguientes cuestiones:
- ¿Es normal que el presidente de los empresarios sea un fracasado como tal? Es decir, que haya llevado a la quiebra a todas sus empresas, deba millones de euros a la seguridad social y haya dejado en paro a miles de sus trabajadores. Igual sería conveniente que el presidente fuese un empresario de éxito, que gane dinero con sus empresas, emplee muchos trabajadores, respete sus derechos, les recompense convenientemente y haga que estos puedan sentirse identificados con la empresa repercutiendo esto inevitablemente en el buen funcionamiento de la misma.
- ¿Realmente las empresas de Díaz-Ferrán han quebrado porque sus trabajadores ganaban mucho y trabajaban poco? Lo dudo...
- La situación de la que hablo, que un individuo como este sea el presidente de los empresarios de un país, ¿sería normal en un país que no fuese España o una república bananera? Lo dudo...
Bueno, termino recomendando a Díaz-Ferrán que se deje de recetas rancias y disparatadas, que sólo recuerdan a un pasado triste al que a algunos no les importaría volver, que en vez de recriminar nada a nadie sea honrado y pague todo lo que debe a la seguridad social (con tipos como este evidentemente no habrá para las pensiones), y por último, que de nuevo haga un ejercicio más de honradez y abandone un cargo que necesita de un persona ejemplar en el mismo y no de un ladrón impresentable e inepto como él. Es simple, váyase a casa señor Díaz-Ferran, o mejor, a la mierda.