Llevábamos apuntados a la prueba desde febrero y aún así ha sido muy difícil planificar la participación en la misma... Elena llevaba prácticamente un mes sin poder correr desde la carrera de Ladrillar por la herida que se hizo en la rodilla y se presentaba con muchas dudas porque llevaba sólo dos semanas y media corriendo en condiciones. Por mi parte, la verdad es que tenía hecho los deberes y el entrenamiento, pero el trabajo me tenía completamente absorbido y muy cansado. Habíamos planificado las vacaciones con los niños allí en Benasque, coincidiendo con la carrera y aprovechando que mi cuñada Valle se encontraría "cerca", la idea era que pudiera quedarse con los niños mientras corríamos y luego ya estar allí toda la semana de vacaciones. Por un momento esto también se torció y al final el mismo viernes ya en Benasque la idea era que corriera sólo Elena... hasta que a eso de la una del medio día Valle nos llama in extremis y nos dice que viene!! Mil gracias por el esfuerzo cuñada!! Me lío la manta a la cabeza y me voy a preparar el material obligatorio y a pillar el dorsal pensando que estoy como una cabra, que aunque haya entrenado, la cabeza en esos momentos no está preparada ni concienciada para lo que se me viene encima... pero había que probar!
Antes de pasar a comentar cómo fue la carrera, decir que hasta ahora esta es la prueba con la organización más grande en la que hemos participado. Lo que hemos vivido durante el fin de semana en Benasque ha sido alucinante. Desde mi punto de vista la organización ha sido perfecta, valizado de diez, avituallamientos muy buenos, recorrido... sin palabras y lo más importante... la gente y los voluntarios... IMPRESIONANTES!! muchísimos voluntarios en alta montaña, con una actitud increíble, se me ponen los pelos de punta sólo de recordarlo. Y luego el pueblo, no sé cuántos miles de personas volcados con los corredores, la Avenida de los Tilos (punto de salida y meta) durante dos días completamente abarrotada de gente animando a cada corredor/a que llegaba a meta. A mi personalmente se me cayeron las lágrimas de la emoción el domingo viendo como tras más de 36 horas de carrera entraban a meta los tres últimos participantes (dos chicas y un chico) del Gran Trail, con toda la organización esperándoles en meta y toda la gente vitoreándoles. Simplemente alucinante. Mi más sincera enhorabuena y agradecimiento a tod@s los voluntarios y a la organización porque creo que poco se puede hacer mejor.
Aquí se puede ver el Recorrido en relieve de esta súper carrera, que más allá de los números (que ya dicen mucho) se hace enormemente exigente y larga por el terreno extremadamente técnico y salvaje por el que transita. Creo que el eslogan de la carrera lo define perfectamente bien "Un Pirineo extremo, un recorrido infinito".
Aquí dejo también las Clasificaciones que aunque son muy buenas para nosotros y estamos muy contentos creo que quedan a un segundo lugar cuando completas una aventura de este tipo, sólo terminar es una satisfacción.
Elena de nuevo hizo un carrerón, reencontrándose con las sensaciones que más le gustan, el correr en modo ultra y a ritmo constante por terreno de alta montaña. Disfrutó de la carrera como sabe hacerlo, se olvidó de clasificaciones y tiempos y se dedicó a vivir cada momento y cada lugar por el que transitó.
Cuando hace eso todo suele fluir y al final se refleja en una muy buena clasificación general, 5 absoluta de mujeres y entre los 130 primeros de la general. Además bajó de las 11 horas que era algo que no veía posible hacer en este momento.
Eso sí... la extrema dureza y tecnicidad de la carrera hizo que por una vez en su vida sufriese la última bajada a meta, cosa poco habitual en ella, en esta ocasión, quizá por una mala elección de zapatillas, se le hizo muy dura y se le atragantó un poco más de la cuenta debido al dolor de pies que llevaba. Orgulloso y enormemente contento por ella.
Por mi parte, al final mi cabeza respondió, desconecté y disfruté mucho de poder ver y transitar por los sitios tan espectaculares y alucinantes por los que pasa esta carrera.
La salida ya emociona, son las 7 de la mañana y la calle está llena de gente haciendo sonar cencerros al paso de los corredores, imposible no acelerarse. Tras un primer kilómetro y medio con Elena cada uno toma su camino y ritmo. La primera parte es la más cómoda de la prueba, casi continuamente en ascenso pero con pendientes leves y terreno que permite correr bien, vamos ganando altura poco a poco. Me encuentro bien y más de una vez pienso si no me voy pasando de ritmo porque suelo ir pasando los puntos planificados más rápido de lo que pensaba...
El primer avituallamiento se encuentra en el refugio de La Renclusa, Km 20 y ya llevamos cerca de 1.300+. A partir de aquí empieza el rock and roll, serán más de 20 km por encima de 2.000 metros de altitud con un terreno muy técnico, de una belleza brutal pero que te pone al límite y te exige una concentración y esfuerzo muy grandes. Eso sí, el entorno es un placer para los sentidos y esto hace que lento discurrir se lleve mucho mejor.
El siguiente punto de control es el Collado de Salenques (foto) sobre el km 27, se van casi dos horas en superar ese mar de rocas, bloques y algún que otro nevero que resiste al verano. Ahí en medio se siente uno como una hormiga rodeado de los grandes colosos del Pirineo Aragones con el imponente Aneto siempre a la vista.
En general me encuentro bien y mi sensación es que estoy regulando correctamente, tampoco me agobio pensando en nada más que no sea avanzar y hacerlo de forma segura.
La bajada de Salenques es.... como todas las de esta carrera... infernal, más que exigentes, son extremadamente técnicas con pendientes brutales. Me cuesta mucho más bajar que subir pero me lo tomo con calma, paciencia y sobretodo intentando no tener ningún percance. En general tampoco me encuentro excesivamente torpe hasta este momento, es ya llegando al siguiente avituallamiento en el refugio de Cap de Llauset, cuando en la bajada al mismo, empiezo a encontrar las piernas ya algo tocadas y veo que algún corredor me comienza a pasar.
Hago tranquilo ese avituallamiento y como, ya que lo siguiente que viene es una subida al Colllado de Vallibierna de 1,5 km y 350+ que a esas alturas me hacen un daño enorme. Por primera vez en toda la carrera siento las piernas tocadas de verdad, aún así adelanto alguna de las posiciones perdidas en la última bajada en esta subida que se me hace larga. De nuevo al son de los cencerros de los voluntarios del control de paso de la cima afronto la que será la peor parte de la carrera para mí. Toca bajar hasta el refugio de Coronas y sólo llegar a la cima y asomarme y ver por dónde había que bajar ya se me hace bola pensando en cómo llevaba las piernas en ese momento.
Bajo fatal, torpe, lento, inseguro, prácticamente todo el rato andando. Se me hace larguísima esta parte, no veo el momento en el que el terreno de un respiro y sea capaz de correr un poco. Me frustro porque veo que otros corredores me pasan corriendo y a mi en esos momentos no me sale ni intentarlo. Mi cabeza en esos momentos se podría decir que dimitió de la carrera, pero uno es cabezón y aguanta el tirón, si no se puede correr pues se anda lo más ligero que se puede y listo. En ese tramo me pasaron entre 20 y 30 corredores a unas alturas de carrera en la que ya todo el mundo va bastante separado. Conforme nos vamos acercando al refugio el terreno da un poco de tregua y ya comienzo a trotar un poco lo que me da un poco de ánimo.
Desde el refugio de Coronas lo que queda es una larguísima y dura subida al Pico Estibafreda, en la Sierra Negra. Pasamos de un mar de rocas a un paisaje casi lunar con unas vistas preciosas a tu espalda del macizo de las Madaletas y el Aneto (primera foto). La subida se agarra que no veas, tiro de los bastones todo lo que puedo y creo que me ayudan bastante en este tramo. Mi sensación era de ir fundido pero de nuevo me voy dando cuenta que vuelvo a ir pasando en subida a gran parte de la gente que me adelantó en la bajada anterior, pero no dejo de pensar en que una vez coronemos esta última cima nos quedarán unos 12/13 km con 1650- del tirón hasta meta... en esos momentos y tras las sensaciones de la bajada anterior... sudores fríos recorren mi frente...
Por fin llegamos arriba, sonrío a pesar de ir fundido para la fotaza de Ramón Ferrer (Monrasin), gracias! Repongo fuerzas y me río un rato con los voluntarios en el control de paso y último avituallamiento de la cima y me dispongo a afrontar la última y temida bajada...
Tiene mucha pendiente pero el terreno permite correr así que me animo y me siento bien, es más, comienzo a disfrutar como un enano bajando por toda la cresta de la Sierra Negra con unas vistas preciosas. En ese momento creo que me vengo arriba, un pésimo bajador como yo disfrutando dónde parecía que sufriría... y así van pasando los km, cada vez la bajada se hace más complicada y cuando te adentras en el pinar se hace súper exigente por la pendiente y lo técnica que se pone... pero para mi sorpresa me sigo encontrando bien, obviamente noto los cuadriceps castigados.... pero y quien no a esas alturas??
La bajada se hace larguísima y una vez que terminas tienes todavía algunos kilómetros de medio llano para llegar a Benasque. Para mi sorpresa una vez que puedo mirar el reloj veo que igual puedo bajar de las 10 horas... algo impensable para mi (mis mejores cálculos estaban en 10:45 o así). Voy intentando apretar y me sorprendo corriendo a ritmos que no pensaba poder correr a esas alturas.
Mi reloj marca 54 km y 9:52, pienso que sólo me debe quedar un km y pico.... pero no... al paso por uno de los últimos puntos un voluntario me marca 3 km a meta y a pesar de que voy encendido ya soy consciente de que no puedo hacer a estas alturas esos tres kilómetros tan rápido y más cuando al poco doy un tropezón y hago la croqueta... Me levanto, y nada, un poco de raspón en la rodilla y poco más pero ya desisto de seguir apretando y me marco un ritmo constante hasta meta con las satisfacción de haber dado todo y deseando ver a los niños que estarán esperándome y me apretarán los últimos 100 metros en la entrada!!! hay que guardar!! jajaja
La entrada al pueblo y a meta de nuevo espectacular, con un pasillo humano animándote, te hacen sentir como algo que no eres, pero por unos instantes se disfruta y se saborea de lo lindo.
Al final 10:06, un tiempo que ni soñaba pero como he dicho antes, me quedo con que mi mente llegó limpia y como nueva después de tanto estrés laboral y tanta incertidumbre previa, creo que mi cara en meta con mis niños lo dice todo.
Como siempre muchas gracias a nuestras familias por la ayuda que nos prestan para entrenar y en este caso y en especial a mi cuñada Valle ya que sin su ayuda hubiera sido imposible poder participar ambos.
Con las pilas al 100% después de esta recarga de energía y tras toda la semana de vacaciones allí, toca descansar un poco y pensar en algún reto para la parte final del año!!
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